jueves, 26 de marzo de 2009

Libros: Solteros Tóxicos de Danielle Steel

Aunque se que es una lectura de las llamadas "ligeras", por ser de género romántico, lo indudable es que su autora es de las grandes y de las más leídas.

Solteros Tóxicos narra la historia de tres solteros, por diferentes motivos.

Michael es el hombre rico desde muy joven, ya que perdió a su familia a temprana edad y tiene miedo al compromiso porque teme que tarde o temprano le abandonen o le dejen sólo, como pasó con su familia. Siempre encuentra algún pecado imperdonable en cada una de las mujeres que conoce.

Adam es el abogado de las estrellas y deportistas problemáticos, un hombre de éxito también, que vive historias fugaces con jovencitas tontas a las que siempre les termina pagando con alguna operación de cirugía estética. Divorciado y con dos hijos adolescentes y una familia insufrible, tiene alergia a todo lo que sea compromiso.

Gray es el pintor y artista atormentado criado en una familia de dos hippies drogadictos y viajeros, que malvive con apenas la venta de un par de cuadros al año. Sólo mantiene relaciones con mujeres desquiciadas, maltratadas y problemáticas. Tiene verdadera adversión a todo lo que sea familia y familiar por su pasado.

Los tres son grandes amigos y cada año viajan por el mediterráneo en el barco "Blue Moon" durante un mes, en el que desconectan del mundo y de todo, los tres solos.

Pero el último viaje no será igual a todos los demás, y conocerán nuevas personas que trastocarán sus vidas de forma impensable para ellos.

Recomendable.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Elena Francis y el peón


La amiga de Elena Francis (la del viaje a Sevilla) un buen día le presentó a Elena Francis un amigo, peón de albañil para más señas. En los siguientes días se siguieron encontrando por el ciber donde acudían a tomar café y navegar, asi que Elena Francis se hizo también amiga del peón.

La amiga le comentó que este chico habia tenido muy mala suerte en la vida y que estaba muy solitario.

Elena y el peón se encontraban de vez en cuando en la biblioteca, por la ciudad, con la amiga... y mantenian en esos encuentros muy buenas conversaciones acerca de la vida en general y de cosas en particular. Del trabajo, de la familia, de la amiga en común...

Así que unas semanas más tarde, en una tarde/noche de verano el peón acudió a casa de Elena Francis para invitarla a tomar algo y charlar. Elena salió con el y se sentaron en una terracita a tomar un refresco.

El peón tenia unos treinta y bastantes años, y comenzó a contarle su historia y la preocupación por la que la habia llevado alli a tomar algo. A el, le gustaba chatear en internet, y aunque habia tenido ya una mala experiencia con una chica no correspondido, estaba de nuevo enamorado.

Y es que habia conocido a una chica catalana, y se encontraba en un dilema, no sabia si ir y presentarse de improviso en su casa, si avisar con tiempo...el caso es que deseaba conocerla y estar con ella, estaba bastante pillado y queria hablarlo, comentarlo y sacar algo en claro, incluso algún consejo de Elena Francis.

Elena, siempre enemiga de las sorpresas a domicilio, le aconsejó que avisara porque no a todo el mundo le gusta que se presenten en su casa de repente y podría llegarlo a tomar mal la chica y causar el efecto contrario al deseado.

Además le animó personalmente, ya que el peón se encontraba muy solo, vivía con sus padres aún, y en el trabajo, era peón porque de lo suyo no encontraba trabajo, y ahora trabajaba sólo cuando podía, no tenia mucha seguridad en si mismo, asi que Elena le aconsejó lo mejor que pudo, ya que era lo que el deseaba.

Finalmente, por causas de la vida, viajes, etc, Elena perdió el contacto con el peón. Asi que no sabe que sucedió con la catalana.

Continuará...

domingo, 22 de marzo de 2009

Sigo sin ser Elena Francis

Bien, creo que nos quedamos en que la chica esta, conoció a un chico por medio de un programa de radio.

Pasaron varios meses, pero era de un pasteleo tal que ufff, hasta Elena Francis se aburria a veces.

Llegó el momento de conocerse, asi que ella queria ir para allá, la madre de la chica, acudió a Elena Francis, para que la convenciera de que el que viniese la primera vez, fuera el chico, asi que, Elena Francis habló con la chica, que se mostró deacuerdo y asi se hizo.

El venia en tren...pero una fatalidad del destino hizo que en el cambio de trenes se confundiera y tomara rumbo a Sevilla. Cuando se dio cuenta, no podía bajar ni cambiar. El revisor le comentó que debía pasar la noche en Sevilla, porque hasta la mañana siguiente no habia más trenes para su destino original, pero el no traia el suficiente dinero para pagar un hotel...asi que su futura novia, o su novia (no tengo claro que eran por aquel entonces) acudió a Elena Francis a contar su problema.

Elena Francis, aventurera y alocada ella, dijo: "Iremos a buscarle, no le vamos a dejar tirado toda la noche en Sevilla solo y sin donde quedarse". Así que, comenzó el camino de Elena Francis y la chica esta a Sevilla.

Cuando llegaron por fin a la capital hispalense (y sin GPS, aún no existian) no les costó demasiado encontrar Santa Justa. Aparcó donde pudo y permaneció en el coche, mientras ella buscaba a su amorcito...

Elena llamó al futuro señor "Francis" para comunicar su llegada a dicho lugar y desvió su atención de lo que allí acontecía.

Tiempo más tarde se enteraría de que nada más conocerse, el uno saltó a los brazos del otro y se fundieron en un apasionado beso, que fue aplaudido y vitoreado por todos los taxistas sevillanos que alli se encontraban, organizando un simpático espectáculo.

Continuará...

viernes, 13 de marzo de 2009

No soy Elena Francis (3ª Parte)

Con la señora Francis una vez más.

A la extraña nueva amiga, le gustaba chatear, asi que conoció a un chico de un pueblo de al lado y determinado día quedó con el para conocerlo. No era nada del otro mundo, simplemente una amistad por parte de ella, aunque al chico le gustaba ella realmente.

Como no se atrevía a ir sola a conocerle, la señora Francis entró de nuevo en escena, y una tarde invernal y lluviosa nos encontramos esperándole. Tras las presentaciones, nos fuimos a tomar un café los tres juntos.

Bien, aunque ahi no pintaba nada, al cabo de los siguientes dias, semanas y meses me volví a convertir en Elena Francis de nuevo, tanto con ella como con el.

Los mensajes iban y venian a todas horas, por el día con ella, por la noche con el. Hacía unos años que habia salido de una relación bastante complicada y aunque sentía algo por esta chica, ella no queria nada con el y a el eso le hacia sentirse mal. Así que, Elena Francis, oía y guardaba secreto para las dos partes.

Tras mucho tiempo, abandonó la lucha, y para "sacársela" como él decía se cogió una castaña de las gordas. Meses más tarde conoció a otra chica, pidiendo consejo a Elena Francis y contando lo que le iba sucediendo, claro. Tras algunos años de relación, se casó con ella. Ambos son grandes personas.

Por otro lado, la primera en cuestión, la que comenzó presentando al resto, también chateaba en internet en esas fechas. Conoció a un varias personas, entre ellas a un chico de un pueblo a unos 200km de donde vivíamos, asi que, con la ayuda de Elena Francis, y secretamente, nos dirigimos a conocerle...pero Elena Francis tuvo que actuar en el viaje de vuelta, ya que tras una rápida coca-cola, el chico desapareció de nuestras vidas y no se supo nada más de el. Por suerte ya habia conocido mediante una sección de contactos de la radio a otro chico, de aún más lejos...

Pero esa es otra historia, para mañana...

Continuará...

jueves, 12 de marzo de 2009

No soy Elena Francis (2ª Parte)

Aquí estamos con la señora Francis de nuevo.

Tras la sesión de meditación diaria en mi lugar habilitado a ello (la ducha), nuevamente he hilado para comenzar desde el principio.

Creo que mi primera "experiencia Elena Francis" fue aproximadamente a los 17 años...(que yo recuerde).

Estaba realizando un curso cuando conocí a varias personas allí, que más tarde fueron amigos o conocidos de unos meses a un par de años, quedando un par de ellas hasta nuestros días.

Primeramente, una compañera se habia enamorado de uno de los profesores de dicha escuela...aunque no pasó a mayores el asunto.

Otra compañera me presentó un día a una tercera, con la cual, comenzamos a salir. Su segundo novio la habia dejado tras 4 años de noviazgo y con la boda en puertas, asi que, se encontraba sola. Su ex, habia vuelto a salir con otra anterior ex. Era una chica bastante extraña conforme la íbamos conociendo. Acudía a videntes, llamaba a ellos, pensaba que su familia le hacía magia negra, sus padres la presionaban para que se casara, los coches la seguían los sábados por la noche... como os podéis imaginar un drama tremendo, que con mucha paciencia y poco tino, esta Elena Francis en ciernes escuchó detalladamente durante varios años, en persona, por teléfono, en cartas... Era una chica muy agraciada y además muy simpática, a pesar de sus extrañezas y en el fondo la tengo mucho cariño, pero sabiendo sus manías, actúo en consecuencia con ella. Las manías, siempre hay que respetarlas (y yo también tengo unas cuantas).

Bien, por dichas fechas, apareció otra persona en escena, también traída por la primera. Era una chica muy problemática, que se habia peleado con media peña y también se encontraba sola asi que, la acogimos en nuestro seno. Nuevamente, ésta Elena Francis con muchisima paciencia aguantaba sus visitas hasta bastante más allá de media noche, cada día para contarme la historia del día, los problemas que habia tenido...La verdad, es que mi familia comenzó a incomodarse por el horario de sus visitas.

La primera, de nuevo trajo a otra más, soltera, fiestera y más mayor que nosotras. Y ésta a su vez, sumó a una panda de unos 4 o asi de un pueblo cercano. Más tarde me enteré que eran bastante problemáticos también y la mayoria de los problemas surgieron por ellos.

Uno de los de este pueblo, se encaprichó de la segunda en cuestión, pero ella, casi recién dejada por su ex, no quiso en principio nada con el. Luego empezó a comprender que fue una especie de apuesta el ligársela. Y no era tan santo el chaval como pareció.

Realmente no recuerdo los motivos, (supongo que tema de los chicos del otro pueblo) pero las cosas terminaron mal entre la segunda y la tercera y la segunda y la cuarta, con escenas en mi casa de llanto, nervios, tilas corriendo, trankimazines...y más Elena Francis oyendo versiones.

Las cosas, por solidaridad con la segunda, y viendo el percal, se enfriaron con la tercera en principio y más tarde con la cuarta. A las tres restantes, nos gustaban las cosas más relajadas y quedábamos tranquilamente a cenar, ver alguna película y en ocasiones ni salíamos de fiesta. Algo que las otras dos, la problemática y la fiestera, no comprendían.

Continuará...

P.D. Raquelilla, gracias por el comment, menos mal que alguien me lee, jeje.
Si aburro, que alguien lo diga.

miércoles, 11 de marzo de 2009

No soy Elena Francis (1ª Parte)

Esta señora, en teoría era Elena Francis, una persona que radiofónicamente daba consejos a las cientos y miles de cartas que se recibían en la emisora en la que trabajaba.

Hay quien dice que en realidad Elena Francis era un ordenador con foto de señora, y que todo fue una especie de montaje con un tremendo éxito de audiencia. Pero las personas durante casi 40 años (1947-1984) se abrían a ella contándole sus más terribles preocupaciones.

Desde hace algunos años, vengo pensando que soy su reencarnación (metafóricamente hablando).

Y esta noche, en mi lugar de meditación por excelencia (debajo de una ducha de agua caliente) he continuado hilando acerca de ello. He hilado recuerdos desde hace más de 10 años en los cuales se confirma mi teoría. Incluso recuerdo personas que me lo han dicho claramente: "Eres como Elena Francis".

Todo este "tejido" viene dado a algo que me ha sucedido esta tarde con alguien con la que no tengo relación alguna más que una vez en semana y quizás no más de dos frases cada vez.

Pero vayamos por partes, y contemos la historia desde los comienzos... (continuará)

domingo, 1 de marzo de 2009

Adriano Celentano: Fuoco

Un videoclip de este gran artista para alegrar el domingo...