sábado, 7 de julio de 2018

An English Gentleman (Un caballero inglés) Despidiendo a un amigo


Te conocimos en una tarde lluviosa del otoño/invierno palentino. Entraste a nuestro encuentro paraguas en mano, como un auténtico inglés, algo que quizás parecías, debido a los años que habías pasado en la patria de Elizabeth II, aquellos años en aquella isla, que quizás no eran más de treinta y que me reñías, tiempo más tarde, cuando intentaba presumir de amigo y yo exageraba diciendo que cincuenta, algo que te ponía mas años de los que tenías, imperdonable por mi parte.

Espíritu libre, joven y activo. Nos comenzamos a encontrar en mas lugares y nuestra amistad creció pasando a cafés, charlas e incluso partidos de fútbol de tu querido Manchester City con otros amigos. En tus manos vi el primer lector electrónico de libros, cuando yo apenas aún si sabía de la existencia de aquel gadget.

Y es que tus actividades eran difíciles de seguir aun cuando me doblabas en años (diré doblar, ya que si digo triplicar seguro que me reñirías). Tus partidos de tenis con amigos, tus rutas en bicicleta por el canal de Castilla, todas esas actividades que seguiste haciendo hasta que el cuerpo te acompañó, y yo, que a mis entonces menos de treinta años y hoy en día, no tengo valor de hacer. Y aquella pedazo de moto que tenías. Si pudiéramos compararte con alguien, probablemente aceptarías que fuera con Clint Eastwood, casi coetáneo tuyo y persona de igual vitalidad y forma de ver la vida.

Hablando del bueno de Clint, recuerdo ahora que me recomendaste la película de Gran Torino como una gran película y a pesar de mis reticencias al respecto, acabé alabandola como tú. Cuando lo veo, siempre me acuerdo de tí.

Esas charlas en inglés que compartimos y que a todos nos encantaba mantener contigo, las frases hechas que nos enseñaste (perdóname si no las recuerdo todas). Pero sin duda una que siempre recordare, como si la hubieras inventado tú, fue la de "The more, the merrier" (Cuantos más, mejor), porque te gustaba que fueramos muchos los amigos a tu alrededor con la edad de tu espíritu y te esforzaste en que aprendiéramos inglés, el que tu sabías y el que más nos costaba al resto, que no era otro que el de palabra.

Si en ocasiones no supimos el uno del otro un tiempo, no fue nunca por falta de ganas, lo sé por tu parte y lo sé por la mía. En eso siempre nos hemos parecido, tremendamente dejados para decir un "hola, como estás". Pero sin embargo siempre te tuve presente y te lo hice saber.

Quise decirte al final todo lo que habías significado para mí y lo agradecida que estaba por todo lo que me enseñaste en inglés y el gran ejemplo que fue tu forma de ser. Lo hice, me diste esa oportunidad al enviarme tu mail de despedida, siempre en inglés, fiel a tí mismo. Como respuesta, yo te envié mis palabras y se que lo leíste, pero una vez te hubiste despedido, es posible que tu idea fuera la de irte como un caballero inglés, sin que lo notáramos.

Espero que hayas sabido que somos muchos los tocados por tí, por esa amistad de espíritu, de la que no importan los años que teníamos cada uno en la partida de nacimiento. Esa es una de las mayores enseñanzas que nos diste, que para la amistad no hay edad.

Sé que puedo hablar por muchos de mis compañeros y amigos, que siempre te recordarán con el mismo cariño que yo, ya que has dejado tu huella en nuestras vidas. Gracias por tus enseñanzas, por tu forma de ser y por tu amistad.

Ahora me dirías..."debiste escribirlo en inglés" 
I know my friend, and sorry. We will never forget you. 
xoxo

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